¿Es normal que mi gata sangre después de su parto?

Durante este delicado momento, tus habilidades de observación son esenciales. El embarazo de una gata, independientemente de su raza, no debería tener mayores complicaciones. Si tu gata está embarazada, este es un período en el que ella va a experimentar algunos cambios.

El embarazo, el parto y el período posterior al parto son momentos estresantes para el cuerpo de una nueva madre. Esta nueva mamá gata tiene una avalancha de hormonas, comienza la producción de leche y la recuperación del proceso de nacimiento está en pleno apogeo. Por ello, hay una serie de enfermedades después del parto que pueden afectar a la gata.

¿Cómo saber si mi gata está embarazada?

Si notas que tu gata anda extraña últimamente, presenta cambios físicos en su cuerpo pues probablemente la familia esté a punto de aumentar. Si tu gata no esta esterilizada, es un gran probabilidad de embarazo, ya que las gatas entran en celo una vez cada tres semanas.

Si no esta en tus planes alargar la familia y darle esta responsabilidad a tu gata y también para ti, ya que esto conlleva ciertos gatos, es recomendable esterilizarla antes de su primer celo, aproximadamente entre los 6 y 9 meses de edad. Si tienes dudas respecto a la esterilización de tu gato te recomendamos leer nuestro articulo de «Razones para estar a favor sobre la castración de gatos«.

Tu gata puedes presentar los siguientes síntomas en tu fase de embarazo.

  • Las mamas aumentan de tamaño aproximadamente entre los 15 y 18 días de gestación.
  • Cambio en el color de los pezones.
  • Puede presentarse nauseas y vómitos, en este caso se sugiere consultar con el veterinario.
  • La barriga empezará a hincharse notablemente.
  • Aumento de peso de hasta 2 Kg.
  • Pérdida o aumento de apetito, aunque esto se puede dar por diversas razones, en este caso se sugiere mantener en observación a tu gata.
  • Algunas gatas se muestran mas cariñosas y ronronean a menudo.

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El embarazo de una gata

El embarazo de las gatas suele durar entre 62 y 67 días, lo mínimo que dura es 61 días. Y en algunas razas, como la raza de gato siamés, el embarazo puede llegar hasta 72 días.

Al principio, es posible que no veas ningún cambio. Sin embargo, a la 2ª o 3ª semana notarás algunas señales que te pueden indicar que tu gatita está esperando cachorros. Lo primero que descubrirás es que sus mamas empiezan a aumentar de tamaño y tienen un tono de rosado más subido que de costumbre.

Tu gatita, al igual que las mujeres, podría sufrir náuseas matutinas en las primeras semanas de gestación. Muy pronto su panza empezará a ponerse más redonda y más hinchada de lo normal, señal de aumento de peso y del crecimiento de sus crías.

A la mitad del embarazo, quizás el día 40, si haces una ecografía podrás ver cuántos gatitos podría estar esperando tu mascota. Si es primeriza, es probable que sean 3 o 4. En las siguientes camadas podría traer 6 o 7 sin problemas.

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¿Cómo puedo ayudar a mi gata en su parto?

Usualmente los gatos son independientes y ella misma irá preparando su nido para la llegada de sus bebés. En este caso puedes favorecerle un lugar que sea cálido, tranquila y con poca luz, de preferencia alejado de lugar ruidosos o del tránsito. En lo posible evita que sea en su propia cama, evitando que esta se manche; también puedes acercar sus comida y su arenero.

Ciertos síntomas te anunciarán que la hora del parto está llegando.

  • El primer instinto que tienen las gatas unos días antes de dar a luz es preparar su «nido».  Buscará un lugar tranquilo para dar a luz y es posible que lleve objetos a este lugar. Puedes facilitarle la tarea ofreciéndole una caja con un fondo blando y cómodo. Puedes colocar también empapadores para que luego te sea fácil limpiarlo. Es posible que llegado el momento la gata dé a luz en otro sitio que no sea el que has preparado, por lo que no hay que preocuparnos.
  • Come menos y duerme más.
  • Esta inquieta, nerviosa. Como es normal, una gata a punto de dar a luz (sobre todo si es primeriza) tendrá problemas para canalizar sus emociones.
  • Cambios de temperatura. La temperatura disminuye de 38 ºC a 36’5 ºC.
  • Incremento del tamaño de las glándulas mamarias. Estas se disponen en 2 filas paralelas y en total son 8, por lo que se hacen bastante observables al final de la gestación. La gata empieza a producir leche un par de días antes del parto. 
  • Se observa una secreción sanguinolenta o marrón que sale de la vulva.
  • Se lame frecuentemente la vulva.
  • Poco apetito. Notarás que tu mascota está a punto de parir si de repente come bastante menos en los 2-3 días antes del parto.
  •  Tiene contracciones seguidas que indican el momento de dar a luz.
  • Si la respiración es acelerada e incluso la gata abre la boca para respirar puede ser señal de que empiezan las contracciones.

Mi gata sangra después del parto ¿Algo no anda bien?

Una gata normal no debería sangrar después del parto. De hecho, durante el alumbramiento solamente expulsa un líquido sanguinolento de tonos rosados o rojizos, pero no un rojo fuerte. Esto es señal de que se debe llamar inmediatamente al veterinario para que intervenga.

Después del parto tampoco debería haber sangrado. La presencia de sangre, ya sea roja o secreción marrón oscura, especialmente si tiene mal olor, es señal de alarma que debe ser atendida inmediatamente.

Esto puede obedecer a diferentes razones que hasta el momento del embarazo te habían pasado desapercibidas porque la gata no había desarrollado ningún síntoma.

Hay varias razones por las que las gatas sangran después de dar a luz. El útero de una gata se contrae para recuperar su tamaño normal. Con frecuencia, la gata expulsa el exceso de tejido y el parto. También con los gatitos se desprende la placenta, lo que causa una pequeña herida en el lugar de su inserción en el útero.

Complicaciones de sangrado después del parto de tu gata

El sangrado anormal y excesivo puede ser un signo de varias complicaciones. Este puede indicar una infección, ruptura uterina o desgarro, una placenta retenida o un gatito retenido.

Sangrado normal

El sangrado normal debe ser una mancha ligera con una descarga acuosa ocasional que es verde, amarilla o transparente. El sangrado puede detenerse y luego comenzar de nuevo, pero la cantidad de sangre y la frecuencia del sangrado deben disminuir gradualmente durante varios días.

Si la gata está amamantando a sus gatitos, comiendo, moviéndose y no está letárgica, estaríamos ante un sangrado posparto normal.

Sangrado anormal

Una gata que sangra grandes cantidades necesita atención veterinaria inmediata. Notarás que tu gata no está amamantando o comiendo, parece tener dolor o está letárgica y quizás la sangre desprenda un olor desagradable. Si el sangrado continúa durante más de una semana después del parto o se detiene por un día y luego comienza de nuevo, algo va mal.

Los felinos son muy perceptivos y, aunque no estén sufriendo dolor, perciben claramente tu angustia ante su situación y eso puede empeorar su condición de salud. Ante todo debes verificar la fuente del sangrado y evaluar el color, cantidad y el olor de la sangre para saber si es una hemorragia activa o se trata de alguna infección.

No ignores los síntomas ni las señales de que algo está mal, acude inmediatamente al especialista, porque la atención inmediata puede determinar una diferencia muy grande entre la vida y la muerte o el bienestar de tu animal por mucho tiempo.

Mi gata se enfermó luego del parto

Lo normal es que toda la sesión del parto de gata se de sin problemas. Para poder identificar si hubo una complicación debemos notar algunos de estos síntomas.

  • Tu gato no come, bebe u orina tras 24 horas del parto.
  • Temperatura corporal extrema, o presenta fiebre o está muy fría.
  • Realiza esfuerzos de parto aunque no sale ningún gatito.
  • Las mucosas de la gata no están rosadas.
  • Presenta vómitos y/o diarrea.
  • Secreciones eliminadas por la vulva no remiten.

El último síntoma explica porque una gata sigue sangrando luego de parir. Una infección uterina, con secreción tendrá mal olor, o una retención placentaria o fetal que impiden la recuperación del útero son responsables de las hemorragias que no cesan y estos suelen estar acompañados de otros síntomas como los descritos.

En cualquier caso, es motivo de consulta veterinaria ya es necesario mediación o incluso hasta algunas veces intervención quirúrgica. Esto puede obedecer a distintos motivos que hasta el momento del embarazo te habían pasado desapercibido porque la gata no había desarrollado ningún síntomas.

Cistitis.

La cistitis en las gatas es una inflamación de la vejiga causada por la acumulación de bacterias en su orina. Esta inflamación puede producir sangrado después del parto. En estos casos es recomendable llevar a tu gata al veterinario, ya que por fortuna, esta enfermedad tiene buen pronóstico, con antibióticos y un tratamiento sencillo se supera con facilidad.

Para conocer más sobre está enfermedad puedes leer este artículo: «La cistitis felina: síntomas, tratamiento y recomendaciones.«

Tumores.

Los tumores también puedes ser causantes que tu gata sangre mucho tiempo después del parto, especialmente si el tumor esta situado en la zona renal o urinaria o está localizado en el aparato reproductor, ya sea en su útero o en sus ovarios.

¿Cuánto dura el sangrado de una gata después del parto?

Como se mencionó anteriormente, es importante entender que el sangrado postparto puede clasificarse en dos categorías: el sangrado normal y el anormal. El sangrado que ocurre después del parto, conocido como loquios, puede variar en cantidad y duración dependiendo de varios factores, incluido si la mujer ha tenido partos anteriores o si es su primer alumbramiento. En el caso de un primer parto, es común que el sangrado sea más prolongado y, en ocasiones, más abundante debido a que el cuerpo está adaptándose a los cambios que ocurren tras la expulsión del bebé y la placenta.

En las primeras 48 horas después del parto, muchas mujeres experimentan un sangrado que puede ser más intenso. Sin embargo, es fundamental observar que, a medida que pasan los días, este sangrado tiende a disminuir gradualmente en cantidad. A pesar de esta disminución, es completamente normal que las mujeres continúen experimentando cierta cantidad de sangrado durante un tiempo después de haber dado a luz. Este flujo puede variar en color y consistencia, comenzando como un rojo brillante y eventualmente transformándose en un color más claro y marrón a medida que el cuerpo se recupera.

Es importante que las nuevas madres estén atentas a su cuerpo y reconozcan lo que se considera un sangrado normal versus lo que podría ser motivo de preocupación. Si el sangrado persiste en ser abundante, si hay coágulos grandes, o si se acompaña de síntomas como fiebre o dolor intenso, es esencial consultar a un profesional de la salud para descartar cualquier complicación. El cuidado y seguimiento médico postparto son vitales para asegurar una adecuada recuperación y bienestar.


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