Un gato que babea mucho es signo de alarma para sus cuidadores, sobre todo cuando se trata de un comportamiento que nunca se había manifestado, por lo que revela que algo no está bien con tu fiel amigo.
Si tu gato babea mucho o poco, es un signo de alarma que requiere una actuación rápida para clarificar la causa cuanto antes. Así que, en tal caso, es fundamental que acudas al veterinario lo más pronto posible para encontrar el tratamiento idóneo y evitar cualquier complicación que pueda empeorar su estado de salud.
El babeo recibe el nombre de ptialismo, que es la producción excesiva de saliva, tanto en gatos como en otros mamíferos. Este exceso de saliva puede llegar a salir de la cavidad bucal por dos motivos fundamentales: un exceso, poco común, de la producción de saliva o un defecto en la capacidad para tragarla.
En general, independientemente de la causa, el babeo suele presentarse junto con dificultades al tragar (lo que se conoce como disfagia), dolor y un aliento desagradable (halitosis). La disfagia se debe a alguna afección en la boca, la faringe o el esófago, mientras que el mal aliento es debido a un aumento de las babas en la boca de tu mascota.
CAUSAS POR LAS QUE MI GATO BABEA
Las causas más comunes por las que puede que tu gato babee, mucho o poco, son las siguientes:
- Por envenenamiento: Los gatos corren riesgo de ingerir veneno por error principalmente cuando tienen acceso al exterior, ya sea porque hurguen en los cubos de basura, porque consuman la carne de un animal más pequeño muerto o que haya alguna persona con malas intenciones hacia los animales en los alrededores. Sin embargo, dentro del hogar también existen riesgos como la intoxicación con productos de limpieza e higiene, que en todo momento deberían permanecer lo más alejados posibles del minino.
- Porque está enfermo : Es posible que si el gato babea mucho sea a consecuencia de una enfermedad que está en curso y que produce vómitos o náuseas en tu gato, lo cual acelera la salivación.
- Por estrés: El estrés es un detonante de múltiples molestias, sobre todo cuando asocian ciertos hechos a situaciones que les resultan desagradables, como por ejemplo una inesperada visita al veterinario.
- Por efecto de un medicamento: Puede ser que después de haber administrado un medicamento, tu minino empiece a babear. Usualmente este babeo desaparece después de un rato, ya que es provocado por el desagrado que le produce al animal el sabor del fármaco y por el hecho de que quisieras obligarlo a tomarlo.
- Por ansiedad:Cuando necesitas trasladarlo a un lugar y lo encierras dentro del transportín.
- Por alteraciones bucodentales : Las caries, una infección en la lengua o en las encías, tumores, úlceras, heridas en la boca y traumatismos en las mandíbulas, ocasionan un babeo excesivo que viene acompañado de mal olor, colores inusuales como el rojo o el verde en la saliva, entre otros. Por otro lado, también es posible que haya algún objeto atascado en los dientes o la cavidad bucal del felino, ya sea algo que ha cazado por sí mismo, o inclusive huesos de pollo o espinas.
- Por problemas gastrointestinales : Es posible que tu gato tenga algunos trastornos gastrointestinales o del esófago. De esta manera, debes prestar especial atención a cualquier indicio para acudir al veterinario de inmediato.
- Por trastornos neurológicos : Otra posible causa del porque el gato babea, son los trastornos neurológicos. Algunos pueden causar un exceso de salivación como los trastornos que causan parálisis del nervio facial. En cualquier caso, siempre recomendamos acudir al veterinario.
- Por puro placer: Cuando tu minino recibe cariño y mimos, es también un síntoma de babeo y que se suele presentar desde que el animal es joven.
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QUÉ HACER SI TU GATO BABEA
Debes acudir de inmediato a tu veterinario cuanto antes. Es imprescindible que un profesional descarte la posibilidad de una intoxicación, ya que está podría poner en riesgo la vida de tu gato.
CÓMO EVITAR QUE TU GATO BABEE
Para que tu gato se mantenga sano y para evitar que tenga cualquier problema que le haga babear, la prevención juega un papel fundamental. Un buen control es esencial para prevenir enfermedades. Eso implica realizar las revisiones periódicas que recomiende tu veterinario aunque el gato se vea en perfecto estado y seguir las pautas de vacunación adecuadas.
Además, reforzar su sistema inmunitario mediante una buena alimentación, junto con un trato físico y psíquico apropiado, te ayudará a mantener sano a tu gato.
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